La ciudad se encuentra en la llamada Riviera di Ulises, de gran belleza natural, entre Roma y Nápoles. Está enclavada en el monte Orlando, acantilado rocoso conectado a tierra por una península arenosa. En la ciudad veranearon algunos emperadores y patricios de época romana por lo que se conocen gran número de yacimientos arqueológicos. Debido a su estratégica situación se convirtió en la Edad Media en una ciudad-fortaleza, protegida por el Castillo Aragonés-Anjou, del siglo XIII, el Castillo de Angevino y la denominada Torre Normanda. Entre los edificios religiosos destaca la catedral de Assunta e San Erasmo, del siglo XII.