La ciudad conserva gran parte de su centro histórico, caracterizado por la utilización de piedra arenisca de tonos rojizos y por casas con entramado de madera. Su punto neurálgico se encuentra alrededor de la plaza de Mercado. Entre los lugares más emblemáticos de Mainz están la catedral imperial de San Martín, el palacio de los príncipes electores, o iglesias como San Emmeran, San Esteban o Chistuskirche.