Bujía pertenecía a la corona española desde 1509. La ciudad era una de las plazas fuertes que Carlos V mantuvo en la costa del norte de África para contener los continuos ataques otomanas en el Mediterráneo Occidental. Tras el fracaso de la toma de Argel, en 1541, las tropas del emperador con él mismo al frente llegan a Bujía. Allí pasan 20 días en espera de que amaine el temporal que hizo fracasar el ataque a Argel.