Tras el Sacco di Roma en 1527 por las tropas imperiales, entre las condiciones impuestas al Papa Clemente VII estaba la cesión de Civitavecchia al Sacro Imperio Romano Germánico, si bien la ciudad fue devuelta al pontífice en 1529. En 1535 el Papa Paolo II da la bendición a Carlos V en Civitavecchia, antes de que este partiera a la guerra contra los turcos.