Durante los conflictos bélicos entre la República de Siena y las fuerzas de Carlos V y Cosme de Medici, las fortificaciones medievales de Talamone fueron reforzadas. En 1557, tras la caída de la República de Siena en manos de las tropas imperiales, esta zona de la costa toscana pasó a formar el Estado de los Reales Presidios, bajo la administración de la monarquía española y dependiente del virrey de Nápoles.