La ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es heredera de un rico y variado patrimonio cultural. Fundada por los romanos y por ellos llamada Ebora Liberalitas Iulia, la ciudad fue fortaleza que consolidó la formación del reino de Portugal durante la Reconquista peninsular. Además de su bello casco antiguo, entre sus monumentos destacan el templo romano y la catedral, situados en la parte más alta de la ciudad y las murallas medievales.