En la batalla de Pavía (1525) las tropas del emperador Carlos V logran una importante victoria sobre los ejércitos de Francisco I de Francia, que es apresado durante la batalla. La decisiva batalla supondrá la renuncia de Francia a sus pretensiones en Italia y dejará a Carlos V como poder hegemónico de la península. Pavía pertenecía desde la Edad Media al Ducado de Milán, feudatario del Sacro Imperio, por lo que Carlos V concedió a su hijo Felipe el título.